Xalapa. Ver. - Claudia Sheinbaum ha hecho historia al convertirse en la primera mujer Presidenta de México después 300 años como Colonia y de 200 años como República, este era un momento para recordar, pero su discurso inaugural estuvo marcado por enaltecer a Andrés Manuel López Obrador, dejando su logro en segundo plano.

En lugar de enfocarse en las mujeres mexicanas y las víctimas de violencia, eligió glorificar el mandato de AMLO, calificándolo como uno de los más queridos, mientras el país se desangra con cifras alarmantes de homicidios y feminicidios.

Se esperaba un discurso de ruptura, pero Sheinbaum ofreció más de lo mismo: en lugar de enfrentar la realidad del país, enaltece una figura que deja un nación dividida y ensangrentada.

El sexenio de Obrador parece haber sido visto por Sheinbaum como una era de "amor al pueblo", comparando su legado con el de Lázaro Cárdenas. Sin embargo, detrás de esa narrativa de cercanía con la gente, su sexenio concluyó con 201 mil 772 asesinatos, contando personas que fueron víctimas de homicidio, así como feminicidios, de acuerdo con cifras del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

El hecho de ignorar completamente a las víctimas de la violencia en su toma de protesta refleja una preocupante indiferencia hacia la crisis humanitaria que atraviesa el país, siendo algo irónico, ya que ella expresa en su discurso que se planea continuar con “El Humanismo mexicano”.

Este enfoque parece perpetuar el mismo patrón de negación que caracterizó al sexenio anterior. Las diez mujeres que son asesinadas a diario, los pueblos indígenas marginados, y las madres de desaparecidos, continúan siendo invisibles para quienes hoy gobiernan.

México parece estar muy lejos de una verdadera transformación.

Por: Adrian Hernandez & M