En lugar de enfocarse en las mujeres mexicanas y las
víctimas de violencia, eligió glorificar el mandato de AMLO, calificándolo como
uno de los más queridos, mientras el país se desangra con cifras alarmantes de
homicidios y feminicidios.
Se esperaba un discurso de ruptura, pero Sheinbaum ofreció
más de lo mismo: en lugar de enfrentar la realidad del país, enaltece una
figura que deja un nación dividida y ensangrentada.
El sexenio de Obrador parece haber sido visto por Sheinbaum
como una era de "amor al pueblo", comparando su legado con el de
Lázaro Cárdenas. Sin embargo, detrás de esa narrativa de cercanía con la gente,
su sexenio concluyó con 201 mil 772 asesinatos, contando personas que fueron víctimas
de homicidio, así como feminicidios, de acuerdo con cifras del Secretario
Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
El hecho de ignorar completamente a las víctimas de la
violencia en su toma de protesta refleja una preocupante indiferencia hacia la
crisis humanitaria que atraviesa el país, siendo algo irónico, ya que ella
expresa en su discurso que se planea continuar con “El Humanismo mexicano”.
Este enfoque parece perpetuar el mismo patrón de negación
que caracterizó al sexenio anterior. Las diez mujeres que son asesinadas a
diario, los pueblos indígenas marginados, y las madres de desaparecidos,
continúan siendo invisibles para quienes hoy gobiernan.
México parece estar muy lejos de una verdadera
transformación.
Por: Adrian Hernandez & M