Se relata que un día Juan Tepach se
presentó alterado en la iglesia buscando a un cura para pedirle su ayuda, ya
que pensaba que su vivienda estaba siendo tomada por las manos de un ente
maligno.
Las personas contaban que, al pasar por
casa de Juan, al lado de un montón de rocas se escuchaban quejidos, las
personas se sentían acechadas y se les erizaba la piel, el campesino preocupado
decidió contarle sus inquietudes al cura, el cual, al escucharlo, se dirigió a
la casa del campesino para rociarla de agua bendita.
Al estar ahí y no ver los rastros de alguna
entidad, el cura comenzó a dudar de las palabras del campesino, ante esto, Tepach
decidió mostrarle el montón de rocas del que le había hablado.
En cuanto el cura comenzó a rociar las
rocas con agua bendita, se comenzó a escuchar un quejido que les erizó la piel
y del suelo comenzó a salir un ser que en lugar de ojos contaba con dos brazas
ardientes y su cuerpo se encontraba oculto bajo la larga cabellera.
El cura al verlo comenzó a azotar el ser
con la cuerda bendita que portaba en su cintura, este al ser alcanzado por el
primer golpe comenzó a gritar, entre sus gritos pronunció “¡Xalapa morirá de
agua!” para después desaparecer entre las rocas y nunca más se le volvió a ver.
Para el mes de "Moustubre", en
"acento", te traemos algunas leyendas y cuentos espeluznantes.
Por: Diana